viernes, 12 de junio de 2015


El Cerebro Adicto


Los seres humanos somos animales de costumbres, no nacemos con hábitos pero si los vamos generando de tal manera que nos sirven para insertarnos en la sociedad a las cuales pertenecemos. Cuando estos hábitos se convierten en algo que perjudica a la salud se podría hablar de adicciones, estas tienen una situación disparadora; una rutina o un hábito, que se repite como ritual, y una recompensa, una gratificación a nivel cerebral que se cumple una vez que se lleve a cabo el hábito (en este caso un hábito perjudicial). Se vuelve difícil de vencer a través de la conducta, una serie de cosas que acompañan la adicción, como un ambiente, una serie de eventos, que hacen que se perpetúen.

Por naturaleza, el cerebro busca vías placenteras y evita las no placenteras, y si las adicciones representan un aspecto placentero, entonces el cerebro se acondicionará a este hábito.

Llega un momento que hay cambios importantes a nivel cerebral y lo que era muy satisfactorio y gratificante ahora se vuelve incómodo, sin embargo la conducta adictiva se preserva. Hay veces que esa inercia a la autodestrucción esta ahí latente, y es esa una de las razones por las cuales es tan difícil llevar una rehabilitación completamente exitosa al primer intento.

Hace algunas décadas se pensaba que la persona que caía en una adicción tenía una falta de moral y que no tenían fuerza de voluntad. En ese momento ser adicto significaba ser vicioso, tener un vicio, que se asocia culturalmente con aspectos relativos a la moral, a los principios, a la conducta.

Ahora, bajo ciertas investigaciones, es atinado pensar que la adicción se genera en diversas zonas del cerebro, y que hay causas físicas que hacen que una adicción se desarrolle. Las adicciones son consideradas ahora una enfermedad. Las adicciones son causadas porque modifican la química, la estructura y el funcionamiento del cerebro.

Algunas sustancias que desarrollan adición son la nicotina, el alcohol, la mariguana, las sustancias inhalables y la cocaína. Estas sustancias ejercen “cambios físicos en áreas del cerebro que son esenciales para el juicio, la toma de decisiones, el aprendizaje y la memoria, y el control del comportamiento" 1.

Como se comentó anteriormente, el cerebro va asociando las sensaciones de bienestar con la relación de estos actos (fumar, ingerir alcohol), y se vuelve un hábito que aunque al principio es voluntaria, llega a afectar la capacidad de autocontrol del individuo.

La vulnerabilidad de caer en una adicción depende de dos factores: factores de riesgo y factores de protección.

Factores de riesgo:
Presencia de violencia en la infancia
Falta de supervisión
Accesibilidad a las drogas
Experimentación de las drogas
Deficiencias sociales del entorno (pobreza, violencia, indiferencia de la comunidad o de las autoridades, falta de programas de prevención y apoyo)

Factores de Protección
Desarrollo adecuado de la infancia
Supervisión y apoyo familiar de manera permanente
Procuración de relaciones positivas
Medidas preventivas y correctivas en contra de las adicciones
Conocimiento del tema
Entorno social favorable

Una vez que un individuo es diagnosticado con una adicción, se deben llevar procesos sicológicos y médicos que pueden ser muy largos, muy costosos y que dependen de la concientización de dicho individuo acerca de la situación, de la aceptación de la enfermedad que se padece. Sin embargo, la adicción es una enfermedad crónica e incurable, que, como otros tipos de enfermedades con esas características, pueden controlarse y suprimirse de tal manera que la calidad de vida mejore significativamente.

La mejor manera de evitar las adicciones es la prevención. El refuerzo de los factores de protección son, sin duda, un factor importante para la disminución de este problema que afecta no sólo al individuo, sino a la sociedad.

Reflexión:

El tema de las adicciones ha estado presente probablemente desde que las sociedades se empezaron a formar, y aunque en algún momento ha representado para el adicto el rechazo de la sociedad y una especie de exilio, ahora se presenta como una enfermedad que debe ser comprendida, atacada y evitada.

Concuerdo con el texto en que la prevención es la mejor herramienta para tratar las adicciones, sin embargo es difícil que se garantice un ambienta favorable para la totalidad de la población; es aquí donde yo considero que debe entrar el apoyo familiar de una manera intensa y constante.



1. Fowler JS, Volkow ND, Kassed CA, Chang L. Imaging the addicted human brain. Sci Pract Perspect 3(2):4-16, 2007.

Referencias